Bocinas que no dejaban de sonar, choques,
pleitos, gritos, cornetas, música a todo volumen,
martillazos y pitos: la ciudad era un escándalo
sin control. Las personas solo hacían ruidos,
ruidos, ¡muchos ruidos!
Los pájaros intentaban cantar más fuerte, pero
era imposible competir con tanta bulla. Por eso,
un día decidieron organizarse y protestar.
¿Qué podrían hacer ellos siendo tan
pequeñitos? ¡Más de lo que imaginas!
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